Buenas tardes, os habla ANA MANSO HEMERA. Hoy he dado a conocer el libro al grupo de forenses, simplemente había que hacerlo, no puedo dejar libremente al energúmeno que está usurpando mi personalidad. Yo soy la forense, yo le dicté el libro, y él, como agradecimiento, da la entrevista a la radio, presenta el libro como si supiese de qué va y se pone como un loco a firmarlos con dedicatorias.
Si ni siquiera sabe escribir. Durante el dictado, tuve que repasar una por una todas las palabras que escribía porque el inepto cometía faltas de tercero de básica (por ejemplo ice en lugar de hice), los acentos, para él, son entes invisibles y fantasmales que no se han descubierto. Las secuencias de B o V no las ponía al azar, eran verdaderas secuencias, ya que las alternaba secuencialmente, la primera con B y la segunda palabra con ese sonido con V y así sucesivamente.
La hache es una letra que ha desaparecido del diccionario, por lo menos del que él utiliza, ya que no supo poner ninguna. ( Coño, si hasta para poner chocolate ponía cocolate).
Cuando escribe tiene una particular forma de maltrato que roza lo anticonstitucional, le da una patada al diccionario y es capaz de aniquilar en una sola frase toda la evolución del castellano ( o del catalán, que tanto le da).
Tiene un lenguaje simiesco, no por la actitud que adopta al escribir, que también, sino por el estado evolutivo de su lenguaje.
Por eso, he creido conveniente poner en conocimiento de los demás forenses la autoría real del libro, para que con ayuda divina y de la judicatura, este delito contra la lengua no quede impune.
Muchas gracias a todos,
Ana.
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