Una pregunta rondaba mi cabeza como las abejas ante las flores en primavera (joder, qué bucólica me estoy volviendo). Ante tal tribulación, decidí y sin que sirva de precedente, consultar con el que tenía más a mano de mis colaboradores (sí, ya sé que solamente tengo uno) y acabé inquiriéndole sobre los recortes tan drásticos en todo lo que signifique información o derechos adquiridos. Como siempre, su respuesta fue tan insulsa como su propia vida. No es que estuviera en desacuerdo con algunos los argumentos (por llamarlos de alguna manera) que exponía, pero siempre estaba en los límites de la ambivalencia, utilizando una dualidad permanente con razonamientos de un lado y del otro y sin mojarse. Lo llamo a partir de ahora el tío del paraguas perpetuo.
Basaba los recortes únicamente en la precariedad económica en la que está inmerso el país. Eso, es indiscutible, no hay argumento que lo pueda rebatir. Pero lo que yo le preguntaba era por qué esos recortes tan drásticos en algunas materias que son imprescindibles para la recuperación económica. Recortes en nóminas son intolerables, pero ahí están, y son realmente lo que disminuye el consumo interno. Recortes en educación son inadmisibles, pero se dan, con la consiguiente repercusión sobre la cultura de la gente, que se apreciarán obviamente a largo plazo en un aumento de ignorantes y población pasiva que ensalce la cultura de la mediocridad y entierre la cultura del esfuerzo. Sinceramente éste creo que es el objetivo fundamental de los sociópatas que nos gobiernan, y me da igual la tendencia política que tengan, ya que pienso que a todos les conviene que una sociedad reivindicativa no les toque demasiado las narices en sus decisiones, mientras ellos continúan llevando a sus hijos a colegios, perdón, centros educativos exclusivos o fuera de nuestras fronteras para que no les salpique la ignorancia.
Los ajustes en I+D, como se les da en llamar ahora a la investigación científica, que alcanzan el 40% se pueden denominar como una putada, ya que ese desarrollo es la base industrial, los pilares de la exportación y los fundamentos de la verdadera recuperación económica tanto por lo que pueden generar en medicina y salud, ocupación laboral, calidad de vida y ahorro energético y por tanto dispendio económico. Los investigadores españoles se marchan y eso es una realidad por mucho que nuestros mediocres políticos instalados en sus urnas acristaladas y exentas de contacto social digan que es una falacia la fuga de cerebros o que no emigran porque se trasladan dentro de la comunidad europea. Tienen razón en que no existe la fuga de cerebros, yo he constatado que se marchan con todo el cuerpo a desarrollar todo el potencial que aquí se les niega y que repercutirá en el desarrollo económico e industrial de otros países a los que compraremos los productos finalizados consecuencia de esa investigación. En cuanto a que simplemente están en suelo europeo y por tanto no es una marcha del país, estoy deseando que los demás países europeos compartan esas mismas ideas y tengamos la nómina de Francia, Alemania o Reino Unido en vez de la nuestra, que tengamos los mismos derechos y calidad de vida que los países nórdicos y que obviamente las fronteras no sean un impedimento para que toda Europa disfrute de las mismas condiciones de vida para todos los ciudadanos y que en este momento creo que mi comparativa con ellos no está a la altura de la que disfrutan y a mi no me dejan.
Y todo esto, se acerca tanto a lo que el puñetero transcriptor de mi vida me expuso como nuestros derechos y calidad de vida aguantan una comparativa con los países más desarrollados de Europa
Ana Manso Hemera.
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