Hoy, en una de las reuniones no organizadas basadas en los corrillos que se hacen en cualquier lugar donde haya al menos dos personas, y en este caso, en los juzgados de Rotama, se hablaba del indulto a propósito de una noticia. Que si el indulto forma parte de la historia judicial, que si el indulto es una garantía social, que si, que si...que si...
Que sí, que el indulto está aceptado en nuestra legislación. Es bueno, o es malo. Es útil o es inútil. De todo ello, se parloteaba incansablemente sin obviamente llegar a conclusiones, ya que cuando hablamos de naderías de este tipo, lo normal es que no modifiquemos nuestra postura por muy buenas razones que nos den los contertulios que nos contradicen, porque si algo tiene el ser humano es que aun en contra de lo razonable, no modificamos nuestras ideas así como así. Ha de pasarnos o hemos de vivir hechos trascendentes ya sean personales o de alguien cercano para que modifiquemos nuestras creencias. No sirven para casi nada el argumentario de los demás. Por supuesto, esas razones, las pensamos y cuando ocurren esas vivencias es cuando modificamos total o parcialmente nuestras ideas.
Yo personalmente, creo que el indulto político es una artimaña o el as en la manga del que disponen ciertos poderes para evitar el cumplimiento de la pena que les corresponde. La mayoría de los mortales estamos supeditados únicamente al ordenamiento jurídico excluido el indulto. Creo sinceramente que es caduco, arcaico, trasnochado y que si está bien estructurado el sistema judicial, no se necesitaría en absoluto, pues el mismo sistema puede crear factores de corrección para evitar posibles errores. Pero si el indulto se utiliza como arma política o como defensa de amistades, compañeros, colegas y afines, el sistema se viene abajo porque la separación de poderes se desmorona al crearse puentes que evitan que el sistema judicial tenga alguna opción para hacer a todas las personas iguales ante la ley.
De todas formas, el indulto el un hecho poco frecuente en cuanto a número, pero el autoindulto es el sistema que ha creado el ser humano para evadir sus responsabilidades ante la sociedad y ante él mismo. Y éste, sí que está difundido en la sociedad, ya que es el triunfo de individuo sobre la sociedad, pues no es lo mismo un hecho que comete alguien al que no conocemos o no nos importa que si lo comete él personalmente. El doble rasero hipócrita siempre triunfará. Ese autoindulto es el que realmente hace daño a la sociedad, ya que nuestros pecados jamás estarán a la altura del que cometen los demás. NO hablemos ya si en vez de pecadillos son delitos.....
Ana Manso, en agosto y currando con la neurona sofocada
Realmente indultos Ana, es bueno y correcto que la jerarquía jurídica y disciplinaria se otorguen por delitos de poca índole, pero en el caso que nos ocupa recientemente no se puede festejar una monarquía indultando sin saber a quién se indulta.
ResponderEliminarSaludos y buen art.
Gema